jueves, 13 de septiembre de 2012

¡¡¡Éste jueves un relato¡¡¡ La ley del talión. Ojo por ojo, diente por diente, familia por familia...

Podría haberme roto una y mil veces como una frágil y seca rama después de un invierno demasiado seco... podría pero lo cierto es que descendía de un pueblo fuerte y orgulloso y vivíamos con la creencia de que nuestros antepasados veían todos nuestros actos, para ellos habría sido toda una deshonra verme flaquear. Reconozco que cuando llegaron a mi pequeño poblado como bestias, asesinando y quemando todo a su paso, luché y lo hice con una fiereza tal que uno de sus jinetes, detuvo el enfrentamiento que mantenía con tres hombres. Todos estábamos armados, pero en cuestión de segundos yo había acabado con dos hombres y por eso no dudaron en atacarme tres a la vez. Aquel hombre ni si quiera se dignó a bajar de su caballo, solo me miró de arriba a abajo e hizo una señal a otro de sus hombres, grande y brutal. Se dirigió a mi con paso decidido, me arrebató el arma con las manos desnudas y agarrándome desde atrás hizo presión en mi cuello hasta hacerme perder la consciencia. Cuando desperté estaba en un carro atada con cadenas por el cuello viendo como lo que quedaba de mi pueblo ardía... Que entre tres de sus rameras me bañaran, me perfumaran y me vistieran con ropas de prostituta era el menor de mis problemas... Yo no luchaba con mujeres, sencillamente porque ellas siempre luchaban sucio. Las miraba de soslayo y pensaba en como podian ser felices sabiendose prostitutas de los asesinos de sus pueblos, poco me impresionaba sus ostentosas casas, sus joyas doradas y relucientes, sus ropas tan finas que se posaban en mis caderas marcando aun más mi femineidad... todo aquello era el espejismo con el que aquellos animales que osaban llamar a mi pueblo salvajes, atrapaban a jóvenes ingenuas e impresionables. Yo era hija de Zhorfan, descendiente de un linaje de guerreros y valientes, cazadores, rastreadores y hermanos de tantos pueblos del norte que habíamos logrado unificar todos los pueblos en contra de nuestro enemigo común. Por eso las pequeñas y cobardes incursiones, por eso a poblados desprotegidos y a sabiendas de que nuestros hombres luchaban en la frontera contra niños imberbes mandados a una muerte segura, tan solo para distraer a nuestros guerreros y matar su espiritu, matando todo por lo que luchaban, destruyendo sus hogares, acabando así con sus espirtus guerreros. Cuando aquella noche aquel hombre de ropa perfumada, de cara rasurada y piel curtida por un sol desconocido por los de mi mundo, llegó a las habitaciones donde me habian hecho esperar encerrada y desprovista de escapatoria, yo lo miré desafiante. Él jamás sería mi dueño. Las mujeres de mi pueblo luchabamos igual que hombres, porque las mujeres de mi pueblo amabamos nuestra tierra y nuestras tradiciones al igual que ellos... pero a ellos los mataban allí, de forma honorable. A las mujeres las violaban y las asesinaban ante las vidriosas miradas de sus hijos. Pero lo que a mi me esperaba era peor... LA primera vez que su mano me tocó le empujé. La primera vez que su boca me besó le mordí. La primera vez que me poseyó aguanté el llanto y orgullosa miré por la ventana y en el horizonte reconocí la belleza de mi tierra supe que mi él podría poseer mi cuerpo... pero mi espiritud permanecería indómito por siempre. Las siguientes veces ni siquiera tuve que mirar por el ventanal en busca del calor de mi hogar, de mi tierra, de mis raíces... ellos siempre estarían dentro de mi. Las semanas pasaron y yo esperé infructuosamente que se aburriera de mí. Por lo visto hasta cuando cedía sin luchar a sus deseos, decía ver en mi una fiereza que lo enloquecía y lo hacía sentir fuerte y vigoroso. Pasaron los meses y un día, el me llevó en carruaje a otra ciudad aun más lejos de mi tierra. Me vestía con ropas caras y a todos me presentaba como un tesoro de guerra. Pasó un año y él decidió que había llegado el momento de hacer una alianza con mi pueblo forjado con un matrimonio conmigo. Él siempre supo quien era yo y quien era mi padre. La boda fue presentada ante todos como una muestra de buena fe. Apenas dos meses más tarde estaba en cinta... Un día cuando estaba ya en mi tercer trimestre de embarazo, mi esposo me llevó a mi antigua tierra y me presentó ante todos como su familia. Ellos sin embargo me miraban como a una traidora, pude ver en los ojos de mi padre una mezcla de sentimientos, entre alegría al saberme viva y triste al ver que el espiritud de mi pueblo había muerto en mi... Pero mi padre se equivocaba... todos aquellos años no había hecho otra cosa que alimentar mi espiritud guerrero, ser fiel a mis costumbres, ser una guerrera leal a su pueblo... En mi pueblo la primer ley era la Ley del Talión... la ley del ojo por ojo y diente por diente. Aquella misma noche, todos los pueblos estaban decididos a firmar la paz, todos estaban dispuestos a firmar humillándose a ellos y a sus familias con tal de no perecer ante aquel pueblo invasor... Se hizo una gran fiesta y mi esposo presidió la mesa. Todos bajaban la cabeza y sentían como su orgullo moría un poco más cada vez que su mirada era incapaz de llegar al cielo para reunir sus espiritus y deseos con el de sus ancestros... Él me mandó llamar, habia comprado para mi las ropas más lujosas y elegantes traidas de los confines de la tierra para demostrarme que habia hecho de mi toda una dama, una ciudadana del mundo... que me habia arrancado de una tierra salvaje y me habia hecho su esposa, alguien tan importante como él y ahora nuestro hijo seria la prueba de que tambien podría amar a su pueblo, pero que sería criado como un igual... su hijo, su sangre... Lo llegué ante ellos, mi querido esposo me habia preparado para decir unas palabras... -Ahora yo soy una de ellos y llevo en mi vientre el fruto de nuestra unión, ahora nuestros pueblos se hermanaran y ellos llevarán la civilización y la cultura a aquellas tierras barbaras... ahora yo soy su familia y soy la prueba de que esta paz es posible.. porque yo y mi hijo somos su familia. Mi esposo sonreía complacido. Me resultó tremendamente fácil devolverle la mirada mientras sacaba de mi túnica un inmenso cuchillo que lleva meses escondiendo Me resultó menos fácil introducir aquella enorme daga en mi vientre matando la vida que llevaba en mi ser.. Me costó terriblemente difícil dejar de sonreír mientras notaba la vida abandonar mi cuerpo ante la aterrorizada mirada de mi esposo mientras trataba de entender la lógica de lo que acababa de presenciar... -¿pero por que?????- gritó una vez que estuvo a mi lado, sosteniéndome entre sus brazos siendo consciente de que la herida era mortal. - Tú nos arrebataste a nuestras familias... ahora una hija de los pueblos del norte te ha arrebatado la tuya. Cuando mi alma se reunió con mis antepasados, yo sostenía a mi hijo no nato en mis brazos y era feliz rodeada de mi madre y mis hermanos, de mis tías y mis primos y de todos los miembros de mi pueblo con los que yo debí perecer aquella noche de fuego y destrucción... Los tratados de paz se rompieron y aquella historia infundió tal fuerza a mi pueblo, que durante los siguientes tres años la guerra se volvió encarnizada y nadie de los llamados civilizados se volvió a atrever a tocar ni a poseer a una mujer de mi pueblo... la gente temía a sus esclavos y pronto aquel pueblo les recordaba a diario que ellos jamás venderían sus almas ni por un puñado de oro ni por las promesas de una gran civilización... porque su espiritud indomable les hacia libres y dueños de sus propios destinos...

8 comentarios:

  1. cada frase era como una droga que me hacia leer mas y mas. Una gran lectura de media noche bss

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  2. Ayyy Igraine, esto es una novela, casi. Me va el tema, jejeje, pero al revés, es que soy romana, civilizada, invasora cruel, malvada. Pero te he leído de un tirón, la venganza llevada a los extremos, matar la vida que se lleva dentro, parecido hizo Medea matando a sus hijos por vengarse del padre Jasón. A lo mejor les convenía algo menos de brutalidad a estos norteños, perdona, que nada disculpa ser violada y forzada. Besito.

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  3. Muy buena lectura, bien estructurada, una historia bien narrada, adictiva y ágil. Excelente y agrego que hay más sangre y violencia de lo que aparenta.

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  4. Una historia trágica de guerras y reivindicaciones ancestrales, venganza madurada desde la humillación asestada contra lo más sagrado: un hijo. A al punto se acrecienta el odio acumulado que se llega incluso a sacrificar lo que nos arrastrará también en la caída.
    Un relato muy duro y muy bien narrado.

    Saludos jueveros!

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  5. Igraine, una historia magnífica con todos los ingredientes necesarios para mantener la tensión, las ganas de leerla y que se hace corta. Mucho debió ser el odio acumulado, mucho el orgullo de raza, de pertenencia a un pueblo dominado pero no sometido, para llevarla a acabar no sólo con su vida, sino con la del hijo esperado.
    No es buena la venganza, pero sí que es humana.
    Un fuerte abrazo.

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  6. No podía parar de leer pensando en el momento de la venganza, has mantenido la atención todo el texto y lo he disfrutado ¿qué más puedo pedir?...
    Muy bueno,

    Besos

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  7. Tu relato (magníficamente escrito) nos trasporta a épocas más brutales, donde la ley del talión era muy frecuente y una forma de equilibrar o pretender resarcir de los agrabios cometidos.
    En este caso la venganza necesitó (por la diferencia de poder) del sacrificio de la vengadora, convirtiéndose así en mártir para su pueblo.
    Me gustó como escribes.
    Un abrazo
    ibso

    PSD: Esta línea argumental podría muy bien servir para algo más largo y elaborado, incluyendo historias paralelas, un poco de información para el lector de antes y después de los hechos y un poco más de acción en las batallas, sería sin duda un buen trabajo literario.

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    1. Muchas gracias¡¡¡¡¡ a todos de verdad¡¡¡¡ estoy en un momento de bajon como escritora y me estoy replanteando muchas cosas. Una de ellas es mi paso de blogera a escritora en papel con todo lo que ello conlleva. Muchos de mis escritos parecen pedirme más y los los acorto y limito por el marco en el que van a ser publicados... pero sinceramente no sé si yo podria dar ese paso. Me planteo si por el hecho de tener inventiva tengo justificacion suficiente para lamarme escritora... tal vez solo soy una simple cuentacuentos... un saludo

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