jueves, 28 de junio de 2012

Éste Jueves un relato¡¡¡¡ en los zapatos del otro...

Por un momento Alvaro no solo probó las mieles del triunfo, sino que se sintió poderoso mientras conseguía domar a aquella mujer salvaje entre sus fuertes brazos. Durante meses había luchado con la empresa que lo había arrancado de la civilización hasta llevarlo a la otra punta del universo sin pararse a escuchar las razones que él pudiese tener para quedarse en la tierra... sin embargo él no tenia razón alguna para quedarse en aquel trozo de tierra decadente y acabado. Nunca debió volver, pero cuando le rebajaron de graduación por una incursión independiente en un planeta de tercera generación con recursos por explotar, no se lo dudó. Él podía oler un buen negocio a distancia y aquella pasta llevaba su nombre. Ni la matanza de los nativos, ni el desastre diplomático que aquello ocasionó fue culpa suya, sin embargo era el único que trabajaba para la unión de planetas confederados.. Él tuvo suerte. El resto fue condenado a trabajos en un planeta Sulfurita. Al poco de llegar a la tierra tuvo claro que para subsistir debía abandonar el ejercito y trabajar para una empresa privada. No era nadie y para nadie era nada... El viaje duró mas de nueve años, sin embargo él estaba acostumbrado a viajar en estado crionizado y prefería no pensar en la de años que había perdido así y la de gente que habría muerto mientras él seguía joven. Ni compañeros de estudios, ni amigos, ni si quiera mujeres... todos eran ancianos o habían muerto y es que en total se había pasado algo mas de 90 años viajando de un lado a otro de la galaxia tan solo por la pasta... Pero así era él... Encontrar aquellas piedras preciosas y aquellos metales extraordinarios eran su única prioridad. Marcó un perímetro y puso las defensas, siempre viajaba con un androide, le dolía ver a la gente envejecer a su alrededor en sus viajes... le recordada que por mucho que durmiera y permaneciera joven, algún día tendría que parar y entonces le alcanzaría la mortalidad... no podía negar su propia naturaleza. Al principio solo eran unos rallos a la nada, pero pronto empezó a sentirse observado y a ver sombras en aquel extraño paraje, hasta que un día lo notó dentro de su nave. Puso todo su empeño y recursos en tender una trampa al intruso y entonces la descubrió... Sabía que era una hembra porque tenia forma humanoide y era bastante parecida a las mujeres del planeta Versus, solo ocupado por mujeres ya, ya que las guerras diezmaron a los hombres. Los humanos la llamaban las putas del universo, porque se sentían tan atraídas por los hombres humanos que hacían cualquier cosa por estar con ellos. Pero aquella joven era distinta Era fuerte y salvaje y sus ojos... eran tan profundos y azules como los antiguos mares que salían en los museos de imágenes del pasado... aquella salvaje despertó en él no solo el interés, sino un deseo incontrolable que lo llevó a besarla.... La reacción fue instantánea, no solo entendió todo su mundo en un beso, también sintió todo lo que ella sentía, conocía su historia y la de sus antepasados y descubrió cuanto amor y respeto había en todos los miembros de su familia, una familia que poblaba todo el planeta, todos estaban unidos, los nativos, las plantas y hasta el planeta... todo era uno y él sentía todo ese amor y ese respeto por la vida que su raza parecía haber olvidado. Vio la belleza de los rituales en los que las persona ancianas a través de un beso transmitía todo sus conocimiento a las nuevas generaciones y ésta se desvanecía fundiéndose con el planeta, volviendo a formar parte de todo aquel maravilloso mundo.. sin perecer jamás. No como él... por un momento se calzó sus zapatos y sintió el sin sentido de su propia existencia. La soltó... pero ella en vez de huir lo volvió a besar y ella absorbió todo aquello que él sentía en su interior, todos aquellos temores y toda aquella soledad que él mismo había creado a su alrededor... tanto temor y soledad y a la vez una luz interior tan fuerte como la que había visto en su pueblo... aquella joven lloró y sin más tomó su mano. Alvaro sintió una paz absoluta invadir todo su ser y en un instante todo se iluminó y como si de una fina nieblina se tratase se disipó en la nada y la luz invadió toda la instancia colándose por todas las rendijas hasta llegar a la tierra y fundirse con aquel planeta... No quedó ni rastro de Alvaro... aunque tampoco nadie lo echó en falta. Pero por siempre en aquel planeta al otro lado del universo se recordó la historia de un viajero que estaban tan solo y perdido que se fundió con aquel pueblo hasta formar parte de su historia y dando así una lección de amor a las generaciones venideras...