Deslicé con suavidad meditada el dedo por la taza de café, habías vuelto a pasar otra hoja del libro que te mantenía lejos de mí..
Simplemente me sentía celosa de la forma en la que mirabas a aquel libro, tal vez en parte porque era como nunca me habías mirado a mí..
De vez en cuando pasabas la lengua por tus labios humedeciendolos de forma despreocupada y en ocasiones sonreías sin percatarte si quiera de que lo hacías y yo enloquecia de celos por tu amor por aquellos objetos.. Por aquellas palabras que te transportaba a mundos y tiempos donde yo no podía tocarte.. Donde princesas con curvas perfectas te hacían soñar y aventuras que no vivías a mí lado podrían hacerte ver tediosa mí compañía..
Yo no podía competir contra ellos.. Yo sólo era una mujer. Yo sólo era la que te miraba de soslayo y suspiraba con ser tu objeto preferido..
Quería ser para ti más que cualquiera de tus sueños.. Querría que cada día a mí lado fuera una aventura, que soñaras conmigo, que me anhelabas del mismo modo en el que lo hacías con tus libros.. Que desearas del mismo modo desentrañar mis misterios, conocer mí mundo.. Que desearas tomarme tanto como deseabas tomarlos a ellos.. Tenía ganas de gritar.
Pero tú jamás lo entenderías.. Tú jamás comprenderías que quisiera ser tu objeto, al igual que tú eras el mío..
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